Al tener el privilegio de convivir con tantas personas en los años que llevo dando cursos de Manejo Higiénico de Alimentos, he identificado algunas prácticas muy comunes entre ellas, ya sea que trabajen en restaurantes o en su propia casa. Uno de éstos es el hecho de agregar un «chorrito» de cloro a la jabonadura para fregar los platos.
Hoy vamos a aclarar este tema, en primer lugar quiero recalcar la importancia de leer las etiquetas de los productos que utilizamos o la ficha técnica en su caso. De esa manera tendrás información sobre el buen uso de los mismos, como las precauciones que debes tener y el modo de utilizarlo.
Ahora, ¿qué pasa si revuelvo jabón con cloro? Pues que reaccionan y se inactivan, es decir, no se hace el efecto de uno ni del otro, para explicarlo de manera sencilla. Por eso te sugiero los siguientes pasos para lavar la loza:
- Escamocheo- retira los restos de alimentos de la loza, puedes usar agua para hacer un preenjuague también.
- Lava con agua y jabón (no le pongas cloro) – talla cada parte de la loza con una fibra o estropajo, puedes usar agua tibia o caliente.
- Enjuaga con agua corriente
- Si trabajas en un restaurante, comedor, guardería, hospital debes desinfectar la loza sumergiéndola en solución de un desinfectante aprobado para contacto con alimentos por el tiempo que indique la ficha técnica. Por ejemplo, 1.5 mililitros de cloro al 6% por litro de agua, o 1.4 ml de Yodo al 2% por litro de agua. Si estás lavando la loza en casa y no hay nadie enfermo en la familia, este paso no es necesario.
- Deja secar la loza a temperatura ambiente o sécala con un trapo que se utilice solamente para esto.
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